GR-11 |
Entro
con el coche por la pista del valle de Bujaruelo hasta el puente de
Santa Elena, y comienzo a caminar hacia el fondo del valle por el
GR-11; esta senda transcurre todo el tiempo en el interior de un
tupido bosque por la margen izquierda del río Ara a pocos metros de su
cauce. En poco más de una hora llego a una zona donde el valle se
abre y el espacio llano lo han aprovechado para instalar el refugio y el camping de Bujaruelo.
En
este punto estratégico, también encontraremos puestos de defensa,
construidos durante la guerra civil, los restos del hospital de
peregrinos y de la ermita de San Nicolás, y un magnifico puente
románico en perfecto estado, utilizado desde hace siglos por peregrinos, ganaderos, y
contrabandistas para cruzar a Francia por el puerto del mismo nombre.
Sin
cruzar el puente sigo mi camino hacia el interior del valle hasta que
veo frente a mí la entrada al valle de Otal, aquí cruzo el río por
el puente de Oncins y comienzo el retorno por la pista que me llevará
hasta el coche. Hago una parada cervecera en el refugio, algunas
fotos en el puente, y sobre las doce y media, cuando empiezan a caer
las primeras gotas, ya estoy en el coche.
La tormenta ha sido suave, así que tras comer estupendamente en un restaurante de Torla me desplazo hasta Broto, a ver si encuentro algún compañero para realizar la Ferrata del Sorrosal (solo, me da un poco de respeto realizar estas actividades). La suerte está de mi lado, y enseguida veo dos chicos equipados con arnés y disipador caminando dirección a la cascada, me uno a ellos y juntos realizamos todo el recorrido. Es una via sin complicaciones, pero variada y entretenida; primero, un tramo de grapas y cadenas, después unas largas escaleras, que nos introducen en un oscuro túnel con sorpresa, pues por su interior transcurre una acequia de riego, hay que hacer equilibrios para no mojarse los pies(yo no hice el cursillo de equilibrista, así que os podéis imaginar el resultado). La salida del túnel está justo encima de la cascada, en un tramo de barranco que solo es posible ver desde la ferrata o haciendo barranquismo; en este tramo hay un pequeño puente nepalí, grapas y peldaños de distintos tamaños, pero sin ninguna dificultad. En cuanto salimos del barranco, la via continúa hacia la derecha, en varios tramos, unos horizontales, otros verticales, que, aún siendo menos espectaculares que los del barranco, tienen excelentes vistas sobre Broto, y en algún punto, incluso se ve la cascada desde arriba.
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