Camino de Santiago 2007 ETP5ª Tineo-Peñaseíta

16 agosto 2007
Esta noche he dormido mal, hasta la una no conseguí dormirme por los ronquidos y los ruidos de las literas, y a partir de las seis ya han empezado los teléfonos y las bolsas de plástico. Alrededor de las siete me he levantado, y a las 7.30 ya estoy en la calle, salgo lloviendo, al poco rato ha parado pero como llevo el chubasquero bien puesto y no me molesta, sigo con él, hago bien pues pronto empieza a llover de nuevo, esta vez bastante en serio, el camino transcurre por pistas de tierra y algunos ratos por sendas entre el bosque, paso cerca del monasterio de Obona, pero está lloviendo y no me apetece parar. En Campiello entro al bar de Herminia para almorzar un buen trozo de empanada de tocino y chorizo recién hecha y un vaso de vino, es una señora muy amable y muy, muy habladora, mientras estoy en el bar, ha vuelto a llover, pero cuando salgo se ha despejado bastante el tiempo, así que guardo el chubasquero y saco la cámara de fotos, desde aquí empiezan una serie de bajadas y subidas, todas cortas pero algunas bastante duras (incluso hay escaleras), hasta el alto de Lavadoira, desde donde comienza un vertiginoso descenso que nos lleva a La Pola de Allende. A la entrada del pueblo hay un albergue nuevecito, me asomo a verlo, ya hay dos parejas de los que estaban en Tineo, como son poco más de las dos, me parece pronto para quedarme, quiero comprar provisiones pero los supermercados están cerrados, encuentro una tienda-bar donde compro pan, fiambre y fruta. Una vez aprovisionado salgo de nuevo al camino y antes de las cuatro estoy en Peñaseíta, es un albergue pequeño, 12 camas, dos aseos y un pequeño banco de cocina con un hornillo eléctrico, hay una pareja de Murcia, estamos un ratito hablando y mientras llegan las polacas madrugadoras, me ducho, hago la colada, como algo de lo que he comprado y después salgo con los murcianos a tomar un café en un bar que hay en la carretera. Allí tienen el sello y el libro de control del albergue, nos indican para salir mañana y compramos un par de botellas de sidra para entrenar esta noche en el albergue.
Más tarde llegan un señor y una señora mayores, son franceses aunque él habla bien español, llevan un coche y una bicicleta de paseo y van pedaleando una etapa cada uno, están recorriendo el norte de España, llevan cacharros para prepararse la comida y duermen en albergues o refugios siempre que pueden.
No ha venido nadie más, así que parece que esta noche será tranquila.
Estoy haciendo etapas de alrededor de treinta km. que para los desniveles que hay en este camino es suficiente, las escoceduras, de momento, no me molestan, aunque parece que me saldrá una ampolla en la parte trasera del pie derecho.

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