20 agosto 2007
Salgo un poco antes de las ocho, pues desde las seis y media ha sido imposible dormir, inmediatamente la primera rampa para ir entrando en calor, adelanto a un pequeño grupo, hoy parece que la gente no tiene prisa, será porque el albergue de Lugo es grande y no les preocupa quedarse sin litera. En el primer pueblo con bar (Castroverde) paro a almorzar, me apetece un bocadillo, pero no tienen pan y he de conformarme con café y madalenas, mientras pasan unos cuantos peregrinos, parece ser que en Cádavo había un bar abierto y han desayunado antes de salir. El camino hoy es bastante llano, con ligeros desniveles, la mayor parte del tiempo por sendas, aunque también hay algo de asfalto. En una aldea veo a la pareja de Castellón (Quique-María) comiendo fruta en unos asientos de colegio puestos adrede para los peregrinos, unos km. más adelante hay una fuente junto a la carretera y paro a beber y descansar un rato.
Cuando cruzo por encima de la autovía, pienso que ya estoy llegando, pero aún queda más de una hora de senderos y callejuelas para cruzar por debajo de las vías de Renfe y entrar en la ciudad, el camino está bien señalizado, por lo que encuentro la puerta de S. Pedro y el albergue sin perderme ni una sola vez. Cuando llego hay poca gente, pero durante la tarde se llenará completamente, está compuesto de una planta baja con la recepción y un salón-comedor, más dos plantas con unas veinte literas y dos aseos cada una.
Me ducho y salgo a comer (menú y dos cafés 9€), después busco una oficina de información, me dan un plano de Lugo y una lista de hospedajes, llamo a una pensión y reservo una habitación, mañana pasaré un día tranquilo visitando la ciudad, doy un paseo por el exterior de la muralla, compro comida para cenar y me meto en el albergue a leer.
Salen a cenar un grupo de unos 25 peregrinos, pero a mi no me apetece tanto mogollón y declino la invitación.
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